Casi una escultura de hierro
La construcción del Ferrocarril del Norte exigió levantar en el territorio de Gipuzkoa 34 puentes, todos ellos con una luz superior a los 10 metros. Once eran de estructura metálica y los 23 restantes se levantaron en piedra de sillería.
Entre los puentes metálicos destaca el espectacular viaducto de Ormaiztegi que, con sus cinco vanos, sus 288 m de longitud y sus 35 m de altura máxima, superó en su día cuanto hasta entonces se había construido en el estado español.
Levantado sobre dos estribos y cuatro grandes pilares de piedra, sus vigas metálicas fueron diseñadas en 1863 por el ingeniero francés Alexandre Lavalley y fabricadas en París, en los talleres que la sociedad Ernest Gouin et Compagnie poseía en el barrio de Batignolles.
Dejó de ser utilizado en 1991 y, de hecho, estaba previsto su derribo. Sin embargo, el 26 de mayo de ese año las vecinas y vecinos de Ormaiztegi decidieron (tras organizar un referéndum) conservarlo como parte de la imagen y el carácter de la localidad.
Declarado monumento en 2003, es una pieza importantísima de ingeniería del sector ferroviario que muestra su impronta monumental en el paisaje.