Dado su indudable valor patrimonial, en el año 2002 fue declarado monumento.

El trabajo del barro

Integrado en una nueva urbanización, este horno se construyó a mediados del siglo XIX y se mantuvo activo hasta principios del pasado siglo XX. Es el único ejemplar de horno alfarero que se ha conservado en Gipuzkoa, a pesar de que esta actividad estuvo también muy presente en municipios como Aretxabaleta, Azkoitia, Oñati, Tolosa, Zegama… Tras llevar a cabo su estudio arqueológico y rehabilitación, en la actualidad es el museo Ibarraundi, dedicado al trabajo de la alfarería.

El horno está compuesto de una parrilla, una cámara de combustión (donde todavía se ven restos de vitrificación de color blanco) y una cámara de cocción con dos puntos de carga y descarga.
PATRIMONIO MUEBLE

Horno de Zubiate

Patrimonio mueble

Patimonio mueble

Esta construcción es una máquina en sí misma. Es un horno de ventilación ascendente o tiro vertical, de los denominados árabes, y se construyó para cocer cerámica.

Consiste en un prisma cuadrangular, más alto que ancho (5 m de altura x 4 m² de planta), con muros de piedra de 0,99 m de grosor.

La cámara de cocción del horno se reviste de material refractario y se abre en dos puertas o boqueras superpuestas para cargar el horno.

Dentro se montaba un entramado de madera para colocar las vasijas que se iban a cocer. Esta especie de andamiaje estaba formado por soportes denominados bodoques y bodoquillos y ladrillos separados por trébedes o txakurrak. Una vez cargado el horno, se cubría con cascotes a modo de tapa.