Tradición popular

Esta instalación dedicada a producir tejas y ladrillos empezó a funcionar en el barrio de Barrenaldea después de 1850 y se mantuvo en activo hasta la década de 1930.

Monumento desde 2010, es un testimonio de calidad de la actividad tejera tradicional, de la que quedan ya muy pocos vestigios materiales.

Con cubierta a dos aguas, en el anexo lateral pudo albergar la habitación de los tejeros. Una estancia cuadrangular se utilizaba para el laboreo y secado de las tejas. Desde ésta, a través de un arco de medio punto, se accede al horno, verdadero corazón de la estructura.

Este horno es de tipo árabe, con forma troncocónica, y se encuentra excavado en la ladera. Se trata de un horno doble, con dos cámaras superpuestas: la inferior para introducir la leña y los materiales de combustión y la superior para la cocción de tejas y ladrillos. Ambas cámaras se separaban mediante una plataforma elevada sobre el suelo, de forma que el combustible quedaba aislado en la parte baja, pero con orificios para dejar pasar el calor a la cámara superior.