Sabor neoclásico
Su factura arquitectónica, sobria y sin apenas concesiones a la ornamentación, es heredera de las formas del neoclasicismo.
Tan sólo dos elementos identifican su uso: una placa en la puerta de acceso, que muestra además su fecha de construcción, y el rótulo que todavía es visible en un lateral del inmueble. Las instalaciones se mantuvieron en funcionamiento hasta la década de 1970.
Declarado monumento en 1996 dentro del conjunto de la Villa, en la actualidad se dedica a usos residenciales.