Un ejemplar único

La Galana es una casa de vecindad construida en 1892 según proyecto del maestro de obras Francisco Berriozabal para dar alojamiento a personas de la clase obrera. Berriozabal diseñó unas viviendas de reducido tamaño (aproximadamente 50 metros cuadrados) con sala, cocina y dos o tres dormitorios interiores, que carecen de ventilación y luz directa, salvo uno que se abre al corredor exterior. Una de las estancias era el común: en ella había un asiento cubierto con una tabla de madera que contaba con un orificio y hacía las veces de retrete.

Este tipo de casas, a medio camino entre los barracones para obreros y la vivienda de bloques tradicional, se caracterizaba por sus corredores exteriores, que recorren la fachada principal a modo de largas balconadas desde las que se puede acceder a cada vivienda.

Fueron relativamente frecuentes en Bizkaia a finales del siglo XIX y principios del XX, especialmente en municipios como Sestao y Barakaldo que en aquellas fechas veían aumentar su población.

La Galana es el único ejemplar arquitectónico de estas características que se conserva en el País Vasco y, por ello, fue declarada monumento en 2012.