La cerámica vasca, cuestión de técnica

Los alfares del País Vasco se concentraron en la franja septentrional de Álava y en las cercanías del monte Aizkorri, en Gipuzkoa.

Ésta de Legutiano fue declarado monumento en 1994 y actualmente alberga el Museo de Cerámica Vasca (abierto en 1993) donde, además de ver importantes piezas cerámicas se puede conocer cómo se realizan las piezas y el trabajo intermedio antes de ser horneadas, el esmaltado y la decoración de las vasijas.

PATRIMONIO MUEBLE

Horno Cerámico de Ollerías

Patrimonio mueble

Patimonio mueble

La tradición alfarera en este enclave data de 1711, cuando la familia Ortiz de Zárate construyó una ollería o taller de alfarería.

El horno cerámico en el que se realizaban las piezas tiene 9 metros de altura y es de planta cuadrangular con cubiertas para proteger los muros. Por su tipología se incluye en los hornos de ventilación ascendente o de tiro vertical.

En el interior cuenta con dos cámaras de cocción recubiertas de ladrillo y separadas por una solera con 50 agujeros para permitir el paso del fuego a la cámara superior. Tiene dos puertas de carga, una a un nivel más alto que la otra, a través de las que se insertaban primero las gavillas del combustible y después las capas de vasijas separadas por tablas. Al alcanzar la altura de la siguiente puerta de carga, se tapiaba la inferior y se continuaba llenando a través de la superior hasta llegar a la boca del horno.

Su gran capacidad permitía llevar a cabo la cocción simultánea de varias piezas.