Arraigado a la tradición

Declarado monumento en 2011, este horno de calcinación de cal hidráulica fue propiedad, en origen, de la familia Gangutia y estuvo en activo desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX.

De planta cuadrada y construido en mampostería, alcanza los 15 metros de altura, lo que le confiere un aspecto monumental, similar al de una torre.

Su interior cuenta con dos cámaras, la segunda recubierta de ladrillo refractario.

En la actualidad se encuentra restaurado.

PATRIMONIO MUEBLE

Horno de calcinación de cal

Patrimonio mueble

Patimonio mueble

Esta instalación, creada para obtener cal hidráulica para la construcción, fue construida a mediados del siglo XIX.

El de Iruña Oka es un horno de calcinación de tipo continuo. La piedra caliza se cargaba por la parte alta y, gracias a los cerca de 1.000º C que adquiría el fuego encendido en la parte baja, se iba separando la piedra de la cal. Esta descendía y era recogida desde la boca inferior del horno. A medida que el mineral se calcinaba, se podía volver a cargar el horno por la parte superior, de manera que no hacía falta esperar a acabar una remesa para empezar la siguiente.

Aunque por fuera es un volumen cúbico, al interior es de sección circular revestida con ladrillo refractario, lo que posibilitaba el descenso progresivo del material desde la zona de calentamiento a la de calcinación.