La Galdamesa
El Ferrocarril de Galdames a Sestao fue construido con una longitud de 22 kilómetros, siendo el más largo de los ferrocarriles mineros de Bizkaia y el único que accedía a la vertiente oeste de los Montes de Triano.
Los materiales extraídos en las minas llegaban al espacio conocido como «dársena de Galdames», junto a la ría del Ibaizabal-Nervión, tras cruzar los municipios de Galdames, Muskiz, Abanto-Zierbena, Ortuella, San Salvador del Valle (hoy Valle de Trápaga-Trapagaran), Portugalete y Sestao. El último tramo era un largo túnel, de 620 metros, que desembocaba en la amplia plaza para depositar el mineral en la dársena.
Junto a uno de los puertos de mineral la compañía edificó, además, el barrio de La Balastrera, dotado con viviendas para las personas que trabajaban en las minas y la casa del inspector.
Junto al trazado, parcialmente recuperado como vía verde, podemos hoy contemplar las huellas de infraestructuras mineras: planos inclinados, puertos de mineral, cargaderos… Cuenta con seis túneles, cuatro de los cuales superan los 100 metros de largo, y nueve puentes que salvan los diferentes barrancos por los que discurría el ferrocarril.