Ferrocarril Anglo-Vasco-Navarro

Un camino entre montañas y llanadas

El Ferrocarril Vasco-Navarro es, sin ninguna duda, la línea férrea de vía métrica más importante que nunca ha existido en la Península Ibérica, tanto en distancia como en número de pasajeros. Ha unido históricamente las localidades de Estella-Lizarra, en Navarra, Vitoria-Gasteiz, en Álava, y Bergara, en Gipuzkoa, con un ramal a Estibaliz, y otro a a Oñati.

El trazado original del ferrocarril se proyectó en dos tramos diferenciados: uno desde Vitoria-Gasteiz hasta Leintz Gatzaga, que posteriormente se prolongaría hasta Mekolalde (Bergara), y otro desde Vitoria-Gasteiz hasta Estella-Lizarra.

A lo largo de sus 143 kilómetros atraviesa distintas comarcas, superando infinidad de obstáculos de una orografía muy adversa. Y lo hace por medio de túneles, puentes, pasos y viaductos, construidos todos ellos en el siglo XIX o los primeros años del XX, con medios mecánicos escasos, pero dando como resultado obras de ingeniería civil de primer nivel e importantes estaciones.

De todo ello se conservan en la CAPV no pocas estaciones, como las de Arrasate/Mondragón, Oñati, Eskoriatza, Atauri y Maeztu, que hoy se pueden contemplar. Y a lo largo de todo su trazado (hoy reconvertido en carreteras, vías verdes o bidegorris) se mantienen puentes, pasos, túneles, viaductos y un sinfín de elementos menores que conservan el recuerdo de «el trenico».