La labranza del hierro
La mención más antigua a esta ferrería parece datar de 1487, aunque fue totalmente reformada en el siglo XVIII. Su emplazamiento fue elegido por ser un espacio cómodo tanto para recibir el hierro como para sacar el tocho. El arroyo de Argienerreka le daría la fuerza necesaria para mover los ingenios y los árboles del entorno eran ideales para obtener el carbón vegetal, combustible necesario para la producción.
Perfectamente conservada, en este espacio se aprecian las distintas estancias de la ferrería (la sala de los fuelles, la sala del mazo y el horno, las carboneras), así como la infraestructura hidráulica, con la presa y su sistema de canales.
Declarada en 2013 conjunto monumental, es un elemento preindustrial de primer orden.