El material para Altos Hornos de Vizcaya

Nacida en 1947, Dolomitas del Norte se dedicó a la obtención de material refractario básico para los hornos metalúrgicos de la industria vizcaína, principalmente para Altos Hornos de Vizcaya.

Su ubicación estuvo determinada por la cercanía al macizo de Ranero, donde se obtenía la materia prima que se bajaba a través de un cable aéreo. Precisamente durante estas labores de extracción se encontró la cueva de Pozalagua, con sus singulares estalactitas excéntricas.

La que fuera una de las empresas más importantes de la zona cesó la producción en 1990. Después de esa fecha parte de sus instalaciones fueron derribadas, a excepción de la oficina, la chimenea (de 52 metros de altura) y el cuerpo que contiene la maquinaria de descarga del tranvía aéreo. Éste es el elemento más característico del conjunto, con sus impresionantes silos de hormigón, que le confieren una impactante imagen industrial.

Hoy la planta de descarga acoge un equipamiento cultural y museístico dedicado a explicar la importancia del sector minero y el peso de esta fábrica en la comarca.
PATRIMONIO MUEBLE

Dolomitas del Norte

Patrimonio mueble

Patimonio mueble

El tranvía aéreo de Dolomitas del Norte es una instalación más antigua que la propia fábrica, ya que se trata de un mecanismo reaprovechado de la mina Mame de Trapagaran (próximo al poblado minero de La Arboleda).

Construido para dicha explotación minera en 1929, a finales de la década de 1940, fue adquirido para las instalaciones de Carranza, para lo cual debió ser modificado y adaptado al nuevo medio y trazado.

Tendido del tranvía

El tendido del tranvía se realizó utilizando un solo cable metálico continuo o sin fin, en constante movimiento, realizando a un mismo tiempo la función portadora y tractora.

Cubría un trazado final de 2.888,4 m entre la cantera y la fábrica, con 281 m de desnivel y una pendiente media del 9,8%. El cable circulaba entre 27 caballetes metálicos, con unas alturas variables entre 2,50 m y 35 m, que llegaban a estar separados entre sí hasta 325 m.

Estación de descarga

Al llegar a la estación de descarga, el cable entraba en la planta superior, donde se separaban los baldes, y por medio de un sistema de volantes-guías se le hacía pasar por el tensor. Este consiste en un volante o polea de cambio sobre un bastidor móvil metálico que se desliza sobre unos raíles dispuestos sobre un plano inclinado, y del que colgaba un contrapeso de unas 9 t para compensar la tensión del cable generada por los efectos de los cambios de temperaturas, viento y la propia carga transportada.

Una vez vacíos, los baldes se empujaban hasta engancharlos nuevamente al cable que salía en dirección a la cantera.