Una joya de comienzos del siglo XX

Nacida en 1914, esta fábrica de tachuelas estuvo en activo hasta 2001. Ubicada junto al cauce del canal de un antiguo molino y fábrica de harinas, tras sus sencillos muros de mampostería se oculta un interior magnífico que nos descubre una taller anclado en el tiempo.

Allí, embarrados y poleas transmiten el movimiento a 24 estampadoras que producían tachuelas, perfectas para tapicerías y carpinterías.

Hoy esta joya del patrimonio industrial vasco permanece en pie, a la espera de su recuperación.